Valoración de empresas: qué es, para qué y cómo hacerlo
Podemos definir el valor de una empresa como aquella cualidad convencional de la misma que le es atribuida como consecuencia de un cálculo o de una peritación.
Valorar una empresa puede ser necesario por diversos motivos:
- Adquisiciones o ventas de empresas
- Fusiones
- Establecimiento de acuerdos de compraventa
- Capitalización de una empresa
- Valoración de activos intangibles (fondo de comercio)
- Obtención de líneas de financiación
- Valoraciones patrimoniales
- Valoraciones fiscales
- Compraventa de acciones
- Herencias
- Confirmación de otras valorizaciones. «Segunda opinión»
- Valoración de paquetes accionariales minoritarios
- Suspensiones de pagos.
Es importante señalar el interés de los responsables de pequeñas y medianas empresas en saber el valor de las mismas, basado fundamentalmente en la propia evolución de nuestro entorno, el cual es cada vez más complicado, y en el que, las dimensiones de las empresas son un factor competitivo a tener en cuenta. Es, por esta razón, por la que la vía de las fusiones y adquisiciones es una de las que estos responsables tienen presentes en las tomas de decisiones, y para ello es fundamental conocer el proceso valorativo de las empresas.
Hay que tener en cuenta también que es distinto el «valor» de una empresa que el «precio» de la misma.
El valor es una cualidad convencional que le es otorgada como consecuencia de un cálculo o una peritación. Realmente, el valor, es una opinión.
El precio es el importe realmente satisfecho en una transacción El precio, es una realidad.
Método de valoración de empresas
Ya hemos adelantado en el apartado anterior que la valoración de una empresa es un ejercicio de sentido común que requiere unos conocimientos técnicos. Estos conocimientos se aplicarán al elegir el método más adecuado para cada empresa y también para llevarlo a cabo.
A continuación presentamos una síntesis de los métodos de valoración más usuales. Los principales métodos de valoración se pueden clasificar en tres grandes grupos:
- Métodos estáticos: se basan en el patrimonio.
- Métodos comparativos o por multiplicadores: se basan en las expectativas de beneficio.
- Métodos dinámicos: son la conjunción de los dos métodos anteriores, basando su análisis tanto en el patrimonio como en las expectativas de beneficio.
- Metodos mixtos: basados en el fondo de comercio o goodwill.
A continuación describiremos brevemente los cuatro grupos de métodos de valoración, pero cabe mencionar que los métodos cada vez más utilizados, y conceptualmente correctos son los basados en los descuentos de flujos de fondos (cash flows), que consideran a la empresa como un generador de flujos de fondos y que es por ello valorable como un activo financiero.
1. Método estáticos. Valor patrimonial
Estos métodos consideran que el valor de una empresa radica fundamentalmente en su balance. Proporcionan el valor desde una perspectiva estática que, por tanto, no tiene en cuenta la posible evolución futura de la empresa, el valor temporal del dinero, ni otros factores que también le afectan como pueden ser: la situación del sector, problemas de recursos humanos, de organización, contratos, etc.; que no se van reflejados en los estados contables.
Entre estos métodos podemos mencionar los siguientes: valor contable, valor contable ajustado, valor de liquidación y valor sustancial.
- El valor contable de las acciones es el valor de los recursos propios que aparecen en el balance (capital y reservas).
- El valor contable ajustado, es el resultado de ajustar los valores de los activos y de los pasivos a su valor de mercado.
- El valor de liquidación, es el valor de una empresa en el caso de que se vendan sus activos y se cancelen sus deudas, es decir, en el caso de que se proceda a su liquidación. Este valor se calcula de deduciendo del patrimonio neto ajustado los gastos de liquidación del negocio (indemnizaciones a empleados, gastos fiscales,..)
- El valor sustancial, representa la inversión que debería efectuarse para constituir una empresa en idénticas condiciones a la que se está valorando, también puede definirse como el valor de reposición de los activos, bajo el supuesto de continuidad de la empresa.
2. Método comparativos o por multiplicadores
Se trata de encontrar unos ratios de valor representativos de un sector («comparables») extrapolables a la empresa que intentamos valorar. La mayor dificultad está precisamente en encontrar empresas que sean «buenos» comparables (mismo tamaño, estructura financiera, país, mismo tipo productos/servicios)
Esta valoración se utiliza mucho para obtener rangos de valoración de forma rápida, aunque suele ser complementaria al DCF (método de descuento de flujos de caja) que veremos a continuación.
Estos métodos tratan de determinar el valor de la empresa a través de la magnitud de los beneficios, de las ventas o de otro parámetro de la cuenta de resultados.
Múltiplo de los beneficios: PER
El PER (Price Earning Ratio) es un método de valoración por medio del cual se considera que el mercado está valorando las empresas en función de los beneficios que obtiene, en este caso el indicador fundamental utilizado es la capacidad de obtención de beneficio. Su forma de cálculo es muy sencilla, siendo:
Valor Empresa: Para empresas cotizadas es el importe de capitalización bursátil en el periodo de cálculo del PER. (Nº de acciones x Valor de la acción).
Beneficio: Normalmente suele ser el beneficio neto obtenido en el periodo de cálculo de PER, aunque lo ideal es calcular el beneficio medio obtenido por la empresa en varios periodos, ya que este demuestra la verdadera capacidad de generación de beneficios de la empresa, con lo que el PER no se verá afectado por la posible obtención un beneficio atípico (extremadamente alto o bajo) en un periodo determinado.
Esta ratio nos indica el número de veces que el beneficio está incluido en el valor de la empresa, o lo que es lo mismo, el número de años de beneficio que se necesitarán para recuperar el precio pagado por la empresa.
Múltiplo de las ventas, consiste en calcular el valor de la empresa multiplicando sus ventas anuales por un número. Es habitual, por ejemplo, valorar una farmacia, multiplicando por 2 sus ventas anuales o por otro numero dependiendo de la coyuntura del mercado.
EBITDA: es el ratio de beneficio antes de amortización, intereses e impuestos.
El Ebitda (acrónimo que responde a Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization) es un ratio que se ha consolidado en los últimos años, como el indicador más utilizado para medir la rentabilidad operativa de una empresa. Este ratio es una buena medida para realizar una aproximación rápida al valor de la empresa y para ser utilizado como referencia de lo que se está pagando el mercado por empresas comparables.
El Ebitda se calcula a partir del resultado final de explotación de una empresa, sin incorporar los gastos por intereses o impuestos, ni las disminuciones de valor por depreciaciones o amortizaciones, para mostrar así lo que es el resultado puro de la empresa. Por lo tanto, los elementos financieros (intereses), tributarios (impuestos), externos (depreciaciones) y de recuperación de la inversión (amortizaciones), deben quedar fuera de este indicador. El propósito del Ebitda es obtener una imagen fiel de lo que la empresa está ganando o perdiendo en el núcleo de su negocio.
Es un resultado bruto, tal y como lo refleja la descripción.
3. Métodos dinámicos
Conceptualmente estos métodos tratan de determinar el valor de la empresa en función de la capacidad de ésta de generar flujos de dinero en el futuro, para luego descontarlos a valor actual en función de una tasa de riesgo en consonancia con el riego/rentabilidad inherente a cada negocio.
Descuento de flujos de caja libres: el Free cash flow, también llamado flujo de caja libre, es el flujo de fondos operativo, esto es, el flujo de fondos generado por las operaciones, sin tener en cuenta el endeudamiento y después de impuestos. Es el dinero que quedaría libre en la empresa después de haber cubierto las necesidades de reinversión en activos fijos y en necesidades operativas de fondos, suponiendo que no existe deuda, y que por lo tanto no hay cargas financieras.
Descuento de flujos de caja de los accionistas: Utiliza los flujos de caja para el accionista, descontados a la tasa denominada Ke (coste de los recursos propios). No se resta la deuda, ya que los flujos incluyen los pagos financieros. El flujo de caja para el accionista equivale al dividendo teórico.
El descuento de dividendos: es equivalente al método anterior, pero teniendo en cuenta todas aquellas restricciones legales o pactadas que afecten al reparto de dividendos
4. Métodos mixtos o basados en el fondo de comercio
El fondo de comercio es, en general, el valor que tiene la empresa por encima de su valor contable o por encima del valor contable ajustado. Pretende presentar el valor de los elementos intangibles de la empresa (liderazgo sectorial, calidad cartera de clientes, marcas, alianzas estratégicas…), que la mayoría de las veces no aparece reflejada en el balance de la misma, pero que sin embargo, aporta una ventaja competitiva respecto a otras empresas del sector y es, por tanto, un valor a añadir al activo neto si se quiere efectuar una valoración correcta.
Estos métodos parten de un punto de vista mixto: valoran por un lado los activos de la empresa (valoración estática), y por otro lado añaden dinamicidad porque tratan de cuantificar el valor que generará la empresa en el futuro, basando esta cualidad de generar beneficios en el fondo de comercio.
Son los métodos menos utilizados, por lo que solo detallaremos un par de ellos.
El método de valoración clásico calcula el valor de la empresa:
V= A + (n*B)
Siendo A el valor del activo neto, n un coeficiente comprendido entre 1 ,5 y 3, y B el beneficio neto.
El método de los prácticos calcula el valor:
V= (A+B/i)/2
Siendo el i el tipo de interés de los títulos de renta fija del Estado a largo plazo.
Como se ha podido comprobar existen numerosos métodos de valoración. Los más utilizados, varían en sofisticación y objetivos, y cada uno tiene sus correspondientes ventajas y desventajas. Han de ser utilizados con cuidado, ya que cada uno de ellos puede ser más apropiado según en qué circunstancias (disponibilidad de información acerca de la compañía y el mercado, límites de tiempo, presupuesto para su realización…).
En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que lo más adecuado es no confiar en un solo método de valoración, sino que, con el fin de obtener una estimación realista y precisa del valor de una empresa, lo recomendable es comparar y complementar los resultados de, por lo menos, dos métodos de valoración diferentes.
Patricia Arranz Quirós
Economista
Foto: kiki99 (flickr con licencia Creative Commons BY-2.0)
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